NO GUARDES EL MANÁ

NO GUARDES EL MANÁ No guardes el maná - Exodo 16: 1-36 Bendiciones hermanos Dulce como la miel era el alimento que el pueblo de Israel recibía del cielo cada mañana en el desierto. El maná les llegaba, no de manos humanas, les llegaba directo del cielo. Tenían que recogerlo y comerlo, no podían guardarlo porque al día siguiente abundaba el gusano. Por fe debían esperar hasta el día siguiente para otra vez recoger el alimento de parte de Dios en el desierto. ¿Cuál es tu desierto hoy? ¿Estás recogiendo lo que Dios te envía cada mañana? Ese alimento verdadero que te alimenta el alma, la palabra de Dios. No guardes el maná para después. Cómelo hoy para que haga bien a tu ser espiritual. No te canses del alimento de Dios. La palabra de Dios que recibimos, se sella en nosotros cuando la compartimos con otros. No guardes la palabra de Dios solo para ti. Debemos ser de bendición para otros y no solo en lo material, es en lo que no se ve que hay mayor beneficio, porque es lo verdade...