Empatando la historia... 28 años después.


Empatando la historia… 28 años después

Regresar después de 28 años… era imposible pensar que sería recibida con los brazos abiertos. En mi ausencia, se construyó un abismo entre dos seres que una vez se amaron, y aunque éramos adolescentes, sentíamos en lo más profundo un sentimiento muy bonito.
En aquella época, teníamos todo en nuestra contra: mi familia, sus ideales deportivos irremplazables, que provocaban distancias que quizás sean más grandes hoy.
Su vida y la mía eran tan diferentes. Cada uno se manejaba en un entorno distinto, pero nuestros corazones eran compatibles y no lo sabíamos.
De tanto esperar lo que no llegó, decidí otro camino y a pesar de su insistencia por acercarse a mí, lo rechacé. No vi las señales de su corazón, por ende, no permití que caminara a mi lado. Siempre pensé que sus intenciones no eran buenas porque ponía sus sueños hacia el deporte, antes que nuestra pequeña e infantil relación. Pero hubo amor, cariño y afecto … lastimosamente lo entendí mucho después.
Pasó el tiempo y nunca supimos nada el uno del otro. Andábamos en rutas diferentes. Él seguramente con su vida resuelta y yo con dos matrimonios en los cuales no todo fue malo, pero las cosas malas pesaron más.
Decidida a separarme y quedarme sola, un día llegó a mi celular un mensaje de audio. Reconocí la voz al instante, y supe que aquella persona, de la cual solo tenía un recuerdo porque pensé que nunca tendría noticias de él, no se había olvidado de mí.
Ese saludo inocente fue el comienzo de todo lo que hoy vivimos, con muchas cosas en nuestra contra, adultos maduros con ideas totalmente diferentes, nadando en mar de tiburones pues hay muchos que no quisieran vernos juntos.
Sin compromisos estamos viviendo nuestro encuentro, que ha sido como empatar la historia, 28 años después. Estamos dejando que las cosas fluyan, reconstruyendo lo bonito. Con mi miedo de fallarle otra vez y él con su miedo de no llenar mis expectativas.
Lo que él no sabe, es que nuestro amor será eterno. Que viviremos siempre uno al lado del otro. A pesar de las tormentas de hoy, yo sueño con un mañana floreciente, viviendo juntos en nuestro hogar, disfrutando de nuestro amor. Sueño con despertar juntos, encontrarnos en nuestra cocina preparando un delicioso desayuno y disfrutarlo con el calor del sol y el olor de las margaritas en nuestro jardín.
Tener días espléndidos donde nuestras diferencias no definan nuestra relación y que cada atardecer y anochecer hagamos promesas positivas a nuestro amor; a esa relación que se renueva, después de 28 años.
MONISA

Comentarios

Entradas populares de este blog

¨CON LOS PELDAÑOS DEBAJO DE MIS PIES¨