¡MUJERES! Parecía Locura

 ESTO ES LO QUE DIOS HA PUESTO EN MI CORAZÓN






Dios nos ama y nos conoce desde antes que nuestras madres pensaran en concebirnos.
Él obra en maneras que no podemos entender, por eso para muchos, sus acciones, propósito en nuestra vida y su voluntad, puede ser tomada por locura (1 Corintios 1:18)

A lo largo de los 66 libros que contiene la Biblia, el libro más leído en el mundo, vemos y escudriñamos las historias de muchas mujeres cuyas vidas han sido guiadas por la voluntad de Dios, pero ellas pensaron que no podría ser verdad o hasta que podría ser una locura si se realizará lo que Dios les anunciaba.

Sara, la esposa de Abraham, se sonrió cuando Dios le dijo que iba a concebir un hijo (Génesis 18:11-12). Le parecía irreal que siendo de edad tan avanzada y estéril podría llegar a tener un hijo de su esposo. Pero la voluntad de Dios era que naciera Isaac y se cumpliera en él la promesa de Dios a Abraham sobre su descendencia, resaltando que Sara sería madre de naciones. (Génesis 17: 15-17). Así como Sara, para nosotros hoy día, puede ser una locura pensar que esto ocurriría.

Seguramente hoy te sientes estéril, imposibilitada de dar a luz buenos sentimientos, buenas obras. Incapaz de reproducir en tí buenos afectos hacia los que te rodean... Ora a Dios y si es su voluntad verás cómo darás a luz lo mejor de ti, no importa el tiempo de tu sequedad... pero hazlo creyendo en el poder de Dios.

La Viuda, mortificada porque el acreedor quería quitarle a sus hijos, clamó a Eliseo por una deuda que dejó su marido al morir, porque en esa época quedar viuda significaba quedar desamparada y desprotegida.  (2 Reyes 4:1-7). Eliseo le preguntó ¿Qué tienes en casa?, ella le dijo que tenía una vasija de aceite. Eliseo, de lo que ella tenía, le dijo que pidiera prestadas más vasijas y entrará a su casa y cerrara la puerta y echara de ese aceite que tenía en las vasijas vacías. Sabemos que la historia finaliza cuando ella llena, con una sola vasija de aceite, todas las vasijas que consiguió, vendió el aceite y pagó la deuda para no perder a sus hijos. ¿Cómo fue que de una sola vasija se llenaron tantas vasijas de aceite? parece una locura, pero la voluntad de Dios se manifiesta si creemos en su poder.

¿Estás a punto de perder algo valioso para tí?, Revisa lo que tienes en casa.
Cierra tu puerta y busca en tí lo que te queda y de eso, haz que no mengüe tu aceite
Confía en Dios y él hará (Salmos 37:5)


La mujer Sunamita, sin nombre por cierto, reconoció que Eliseo era un hombre Santo de Dios. Ella recibió la promesa de que en un año concebiría un hijo, y sintió que era una burla pues su esposo era tan viejo (2 Reyes 4:8-37). Eliseo quien era hombre de Dios, le dio una promesa, pero al cabo de un tiempo el niño murió. La Sunamita fue a buscar a Eliseo, ¿Por qué si ella no pidió un hijo, ahora el niño se muere? ella no enterró a su hijo, ella fue a buscar a quien le dio la promesa y aunque su hijo estaba muerto, ella solo supo responder TODO ESTÁ BIEN. Sabemos que Eliseo acudió y resucitó al niño.

    Si has recibido una palabra de Dios y lo que ves no es ni parecido a lo que te prometió, no entierres tu esperanza, ni busques a quien no te dio la promesa, habla solo con tu Dios y lo qué el te prometió se cumplirá. (Salmos 138:8)


La mujer del flujo de Sangre, estaba convencida que si tocaba el manto de Jesús sería sanada de ese malestar que había padecido por años. Te parecerá increíble que algo así pudiera suceder, podría ser una locura pensar que solo tocar un manto puede sanarnos. Jesús sintió que en medio de la gran multitud alguien lo había tocado porque de él había emanado un poder. La mujer reveló su identidad y su fe la sanó. (Lucas 8:43-48)

¿Te parece increíble?, ¿Cuál es tu flujo de sangre: enfermedad, dolor, penas, angustias? ¿Qué es eso con lo que llevas años lidiando? Abrázate a Dios y tócale con tu oración, adoración, ayuno, alabanza y conociendo su palabra, con fe y verás milagros en tu vida, según sea su voluntad que es agradable y perfecta. (Romanos 12:2)

La fe de la mujer cananea, salvó la vida de su hija que estaba endemoniada (Marcos 7:24-30). Pidió misericordia a Jesús y no le dijo una sola palabra. Los discípulos pedían que la despidiera y ella insistió arrodillándose clamando para que su hija fuera liberada. Aunque ella sabía que no pertenecía a la casa de Israel, confiaba en que Jesús podía sanarla. 

A veces podemos llegar a creer que Dios no escucha nuestras oraciones, o nos sentimos tan poco como para pensar que Dios pueda limpiarnos de nuestro pecado y liberarnos de lo que nos ata, nos parece una locura... pero debemos ser persistentes en nuestras oraciones, debemos tener fe en Dios sabiendo que un "Si" o un "NO"  de él, hacia nuestro clamor, como sea, será para nuestra bendición. (Romanos 12:12)

Puedo continuar listando historias de mujeres que por su fe en Dios, por creer en su poder fueron redimidas por él, aunque para muchos o para ellas mismas representara una locura a primera vista. Dios se glorifica en nosotros y su voluntad no siempre será lo que tenemos y esperamos en nuestros corazones. 

Marta la hermana de Lázaro, le insistió a Jesús en no quitar la piedra del sepulcro de Lázaro porque llevaba 4 días muerto. La voluntad de Dios no era sanar Lázaro, porque la enfermedad no era para muerte sino para que Dios se glorificará. La voluntad de Dios era resucitar a Lázaro. (Juan 11:38-44)

A veces no entendemos los designios de Dios, en ocasiones nos parecen locura. Pero si permites que el Espíritu de Dios more en ti, entenderás que todo lo que Dios permite es para nuestro bien.

En medio de tu prueba y aflicción, ora a Dios, búscale con un corazón humillado que aunque te parezca irreal o una locura, él te escucha mujer... 
No te rindas, ni dudes del poder de Dios para respaldarte.

Dios te bendiga

Mónica














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